Es el comienzo de los años treinta; en Harbin, cuatro agentes del partido comunista chino que han sido entrenados por los soviéticos deben llevar a cabo una misión. Zhang Yimou pone su gusto por la acción más plástica al servicio de un film de espionaje que discurre en la Manchuria controlada por los japoneses con la connivencia de la dinastía Qing y bajo una incesante nieve, que cubre la pantalla de blanco.
Resulta difícil asumir las consecuencias de la guerra, pero las grandes películas han explorado los efectos devastadores del combate desde los primeros días del cine.
Los contextos bélicos son un buen caldo de cultivo para hacer grandes películas bélicas. Dentro de este género cabe destacar la presencia de las películas
Este año el festival de cine Fantástico de Sitges ha registrado su record en venta de entradas. Además de realizar una lectura en clave económica