The Silencing

Crítica de The Silencing

Tras la desaparición de su hija adolescente hace cinco años, Rayburn Swanson (interpretado por el actor danés Nikolaj Coster-Waldau) dejó de cazar y creó un santuario de vida silvestre que lleva el nombre de su hija. Rayburn sigue con su problema de alcoholismo y se mantiene casi aislado.

Sin embargo, esto cambia cuando una de sus cámaras de fauna silvestre capta a una niña perseguida por un cazador. En lugar de ponerse en contacto con la policía, el padre, agobiado por el sentimiento de culpa, persigue al tipo, intuyendo que puede haber tenido algo que ver con la desaparición de su hija. Por desgracia, es la primera de unas cuantas decisiones sin sentido que toma un personaje en esta película.

Mientras tanto, el cuerpo de otra adolescente es encontrado flotando en el río. La nueva sheriff Alice Gustafson (Annabelle Wallis) y su ayudante Blackhawk (Zahn McClarnon) investigan el caso y Blackhawk no tarda en sospechar del hermano de Gustafson, un drogadicto llamado Brooks (Hero Fiennes Tiffin). Sin embargo, está solo porque Gustafson no quiere creer que su hermano haya tenido algo que ver con el asesinato.

The Silencing es una película entretenida sin pretensiones en la que por momentos parece que va a convertirse en una muy buena película pero que nunca alcanzará ese umbral.