Fried Barry es un viaje delirante y pasado de vueltas, cargado de sexo y de escenas calidoscópicas llevadas acabo por personajes fríos e insulsos. Las interpretaciones te sacan de la historia desde el primer minuto. No sé qué se prentende con este tipo de film pero desde luego que no lo consigue.
Fried Barry está basado en un cortometraje que dio la vuelta por todo el mundo -no lo he visto- pero desde luego que la película dudo que tenga el mismo éxito.
Despúes de la abducción nuestro protagonsita realiza un largo paseo por Ciudad del Cabo en la que se va encontrando con personajes variopintos y escenas que reflejan la miseria como sociedad del ser humano. Sexo, drogas e incluso trata de seres humano.
Su caminar robótico con ojos cuasi desencajados intenta transmirtir que su cuerpo ha sido poseído por otro ser y que su cuerpo será el vehículo para interectuar en la tierra.
Planos cortos y acelerados con un intento de semejanza a lo Requiem por un Sueño y fogonazos de luces de colores para llevarnos a esta pesadilla narrativa. Al final todos tenemos una opinión en el cine y si queréis poneros a prueba, echádle un ojo.
Resulta difícil asumir las consecuencias de la guerra, pero las grandes películas han explorado los efectos devastadores del combate desde los primeros días del cine.
Los contextos bélicos son un buen caldo de cultivo para hacer grandes películas bélicas. Dentro de este género cabe destacar la presencia de las películas
Este año el festival de cine Fantástico de Sitges ha registrado su record en venta de entradas. Además de realizar una lectura en clave económica